domingo, 9 de febrero de 2014

Salmo 91 (En 1era. Persona)


El que habita el abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; Mi Dios en quien confío.

El me librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas me cubrirá y debajo de sus alas estaré seguro. Escudo y adarga es su verdad. No temeré al terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra, más a mí no llegarán. Ciertamente con mis ojos miraré y veré la recompensa de los impíos, porque he puesto a Jehová que es mi esperanza; al altísimo por mi habitación.

No me sobrevendrá mal ni plaga tocará mi morada. Pues a sus ángeles mandará cerca de mí para que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán para el que mis pies no tropiecen en piedra alguna. Sobre el león y el áspid pisaré; hollaré al cachorro del león y al dragón.

Por cuanto ha puesto su amor en mi le pondré en alto. Por cuanto ha conocido mi nombre, me invocará y yo le responderé. Con él estaré yo en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré, lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación, amén.


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