Soy mortal, pero revivo cada día en mi interior por mi fe y la gracia de Dios.
Soy mortal, pero mi optimismo y persistencia me hacen levantarme cuando estoy triste, cuando caigo, cuando me desanimo, cuando me decepcionó o me deprimo.
Soy mortal, pero tengo la capacidad de seguir adelante a pesar de los fracasos y obstáculos de la vida. No me rindo hasta conseguir mi propósito, siendo constante, con buena actitud y enfoque, porque siempre habrá una esperanza que me impulsa.
Soy mortal, pero mi fe no muere al pensar que lo soy, porque sé que la vida es un regalo de Dios y debo ser agradecido por estar vivo.
Soy mortal, pero mi esperanza está en Cristo Jesús y en su regreso.
Cuanta gente que por ser mortal dejan de hacer, de crear, de amar, de vivir, de dar, de alcanzar sus sueños; gente que pierde la fe y la alegria; gente que no da valor y chispa a su vida.
Aprovecha tu vida al máximo como un regalo precioso. No te amargues pensando que eres mortal y que el fin llegará. Si llega, espéralo sonriente y con la satisfacción de haber VIVIDO y de haber hecho lo que te gusta y lo que querías hacer.
Steling Madera
Enviado por Outlook para Android