lunes, 14 de octubre de 2013

La Humildad Engrandece...


La humildad es un valor escaso en esta generación de hombres altivos y orgullosos.

Raras veces, el ser humano tiene la humildad de aceptar y reconocer sus errores y defectos. La gente piensa que si acepta o o reconoce sus culpas o defectos sienten que es una desventaja, que se exponen, que es un riesgo o una muestra de debilidad ante los demás. Por el contrario... El hecho de que alguien admita que ha fallado, es un acto de engrandecimiento ante Dios y ante la sociedad.

Cuando aceptamos y reconocemos nuestros errores, es una oportunidad para crecer, evolucionar y ser mejores seres humanos, porque la verdad es que si nosotros mismos no reconocemos nuestros errores y malas conductas, no podremos ni tendremos la disposición para cambiar o corregirnos.

Lo que en verdad hace grande a un hombre, es la humildad::: No el dinero, ni la prepotencia, ni la altanería, ni los trapos, ni las pertenencias, ni el dinero... Es la humildad.... La Manera y la actitud educada y espiritual en que nos manejamos ante los demás y ante las diferentes situaciones que se nos presentan cada día.

No en vano el hijo de Dios fue humilde y hoy día es el Señor de Señores, el rey de reyes, nuestro salvador...! El mejor ejemplo de humildad lo encontramos en Jesucristo, que teniendo el poder para ser un rey en la tierra por ser el hijo de Dios, prefirió vivir como un ser humano normal.

Jesucristo nos manda a ser mansos y humildes de corazón...

No te has fijado que con la humildad puedes lograr grandes cosas?

A quien quieres imitar? Piensa...

Bendiciones!

Steling


La Parábola del Tacaño.

Cuando la pareja del tacaño lo bota por su tacañería, el argumento del tacaño es que su pareja era interesada y/o pretenciosa y termina no asumiendo su problema. Eso mismo pasa con los demás defectos de la gente... Siempre la gente tendrá un argumento que contrarreste el de los demás o que culpe a otros de lo que les pasa.

Nadie tiene la razón completa... No hay una verdad absoluta.

Steling